martes, 20 de enero de 2015

LA POLÍTICA CUÁNTICA Y LA TEORÍA DEL TODO

Me fascina todo lo relacionado con la física cuántica o mecánica cuántica. Desde lo irracional para nuestro limitado intelecto de algunas de sus premisas, hasta las posibilidades que emergen de las mismas. Por ejemplo, que una partícula (un electrón) pueda estar en dos lugares al mismo tiempo es, sencillamente, prodigioso. A esto se le denomina "estado de superposición" y, como es lógico, choca frontalmente con los principios de la física tradicional. 


Ocurre, sin embargo, que el estado de superposición tiene su némesis en el "principio de la medida". Según el mismo, desde el momento en que situamos a "un observador de electrones" para que compruebe por dónde "pasan" estos, las capacidades cuánticas desaparecen y entonces el electrón pierde el don de la ubicuidad. 




Banalizando aún más esta explicación, podríamos decir que los simpáticos electrones son unas partículas elementales tan excepcionales como tímidas y que cuando actúan ante un público expectante de comprobar sus mágicas habilidades, se muestran recatados y "convencionales".


Otros aspecto que me apasiona de todo el tema es que la mecánica cuántica genera uno de los grandes enigmas científicos actuales y es que sus principios son irreconciliables, de momento, con la teoría de la relatividad general. Es decir, la explicación sobre lo que es minúsculo (más pequeño que el átomo) en nuestro universo no casa con la que define lo que es grande (a partir del átomo). Eso establece la paradoja, en principio, de que si una es cierta, la otra no lo es. Y para su conciliación las diversas "Teorías del Todo" que se enuncian actualmente, tratan de explicar este sorprendente acertijo.


Pero no obstante toda la perorata pseudocientífica que antecede a estas líneas, el ámbito de la política se caracteriza por haber sido el primero en demostrar que sí es posible combinar lo irreconciliable, unir el todo y la nada en uno solo, fusionar el ying y el yang: la cohabitación de las dos teorías. 


Hasta el momento, el escenario mundial de la política se había escindido en dos bloques tan básicos como homogéneos a su vez cada uno de ellos: izquierda y derecha. Había un consenso generalizado en que ambas visiones del mundo no podían coexistir al mismo tiempo y en el mismo espacio, es decir, o se era socialista, o comunista, o se era conservador y liberal, pero ambas cosas al mismo tiempo, no. 


Por poner un ejemplo más gráfico, o estás a favor de la existencia de un Estado del Bienestar y del intervencionismo del Estado en la economía, o a favor del principio según el cual los individuos deben valerse por sí mismos y la intervención de los poderes públicos debe de ser mínima cuando no inexistente. Se podía defender una cosa o la otra, pero ambas eran antagónicas y, por lo tanto, incompatibles.


Conviene no confundirse con aquellos que enunciaban su alineación en uno de los dos lados del espectro, pero llevaban a cabo las prácticas del otro, es decir, a los farsantes o prestidigitadores que solamente buscaban ganar algo de tiempo mientras hacían y deshacían a sus anchas.


Al igual que muchos experimentos científicos que se llevan a cabo sobre superficies putrefactas para observar a las bacterias que interactúan en ellas, han emergido diversas formaciones políticas al albur de la crisis que con su ejemplo han conseguido demostrarnos a todos los que todavía no hemos visto la luz que nos hallamos en la etapa de la física newtoniana, es decir, desfasados, superados.


Así pues, estas fuerzas nos han explicado que es completamente errónea la existencia de dos posiciones antónimas como son izquierda y derecha. Afirman que la ideología no existe y que TODO se puede explicar a través de una única teoría, una única verdad: la suya. 


En un alarde sin precedentes de hallazgos científicos y confirmaciones teóricas, hemos podido asistir en pocos meses a su transformación (¿un guiño al Experimento de Griffith?) de comunistas a centristas, pero también a socialdemócratas




Pero sin duda, sus capacidades cuánticas se han visto demostradas desde el momento en que han acreditado ser capaces de estar en un lugar y en otro al mismo tiempo, es decir, han sido capaces de emular a los electrones y dominar el Estado de Superposición Político. Porque hoy en día se puede ser socialista, comunista, de centro, de izquierdas y de derechas al mismo tiempo...¡y no ser nada a la vez, puesto que, recordemos, son conceptos ya superados!


Y todo ello con el más absoluto desparpajo, con los atributos taumatúrgicos de las particulas subatómicas, pero...¡aplicados en el mundo macroscópico! A formaciones políticas, personas y en medios de comunicación muy...terrenales, diría yo. Toda una proeza, sin duda, porque de esta forma, como decía, han conseguido hacer converger las particularidades de la mecánica cuántica (el estado de superposición aludido) con las de la relatividad general, que se aplican al "mundo grande" y hacerlo, además, a la vista de todos, con observadores y público, por lo que sobrepasan el principio de la medida.


Además y ya finalizo con esta última constatación, dado el brevísimo lapso de tiempo transcurrido desde la aparición de estas formaciones políticas, una de las consecuencias de la aplicación de la relatividad general es la dilatación gravitacional del tiempo, según la cual el tiempo es "relativo" y depende de la posición del "observador". 


Así, para algunos observadores y en función de su posición, su tiempo solamente acaba de iniciarse y aún les queda mucho espacio por recorrer. Otros observadores, entre los que me incluyo consideramos que al igual que sucede con algunos experimentos científicos, existen mientras se lleven a cabo prácticas en el campo de pruebas formado por la inmundicia, miseria y crisis, lugar idóneo para su análisis. Pero al igual que muchas otras bacterias desde el momento que desaparezca su lugar de cultivo, desaparecerán también ellos.

El tiempo dirá si estoy equivocado o no. Pero claro, también eso es relativo.







3 comentarios:

  1. Tienes razón, en estos momentos, hay que intentar un enfoque conjunto, derechas, izquierdas, mirando hacia el centro, e intentando salir de esta crisis que tanto nos ha repercutido.

    ResponderEliminar
  2. Eres un genio hermano... acepto tu teoria , y es mas .. si la unieramos en una democracia deliberativa estarimos ..terminando con el cocepto propuesto por tu persona

    ResponderEliminar
  3. Dualidad Onda-partícula:
    Creer que una partícula puede estar en dos lugares al mismo tiempo es la más ingenua ignorancia y creer que la observación o el observador y no un detector pueden modificar la realidad cuántica es doble ignorancia.
    Por su naturaleza una onda se convierte en múltiples partículas entrelazadas donde es interferida por cualquier agente externo que disminuya su velocidad e igualmente todas las partículas se transforman en ondas cuando adsorben energía y no tienen ninguna interferencia.
    Cuando la radiación cósmica se aproxima a la tierra es interferida por varios agentes externos como campos magnéticos y las capas atmosféricas que las transforman en partículas subatómicas (rayos cósmicos) que penetran en la profundidad de la tierra hasta encontrar altas temperaturas, altas presiones y altas densidades donde se confinan y asocian formando átomos.
    Los frentes de ondas pueden estar en múltiples sitios simultáneamente, los detectores de radiación interfieren a las ondas y las convierten en partículas entrelazadas y son esas MÚLTIPLES partículas entrelazadas con la misma función de onda y con el mismo origen las que pueden estar repartidas por varios sitios, pero la ingenua ignorancia cree en la ubicuidad.
    Si quieres conocer la teoría completa solicítala gratuitamente a: martinjaramilloperez@gmail.com

    ResponderEliminar