lunes, 22 de octubre de 2012

¿QUÉ NOS ESTÁ SUCEDIENDO?

Ayer domingo 21 de octubre de 2012, se celebraron elecciones autonómicas en Galicia y el País Vasco. Los resultados en el momento en que escribo estas líneas son ya suficientemente conocidos por todos, al igual que muchos análisis, opiniones y conjeturas al respecto. 

La pregunta que formulo para esta entrada no solamente concierne al PSOE, que también, sino que es una reflexión sobre la ciudadanía en general y la de izquierdas en particular.

Creo que es posible afirmar que los primeros comicios en los que realmente se comprobaron los estragos provocados por las políticas anticrisis en España, fueron los del 22 de mayo de 2011. Las anteriores elecciones vascas y gallegas así como las europeas del mismo año, 2009, se produjeron en un momento en que muchos pensaban que la crisis actual no tendría estas repercusiones por lo que su influjo, de haberlo, fue menor.

Posteriormente, llegaron las elecciones generales del 20 de noviembre de 2011 en la que los socialistas cosechamos los peores resultados del actual periodo democrático en España. Para entonces ya era más que evidente que habíamos perdido la confianza de una parte muy importante del electorado de izquierdas y que nos iba a costar recuperarlo. Los resultados de Andalucía y Asturias este 2012 supusieron un aparte cuya incidencia se ve ahora minimizada con los resultados obtenidos especialmente en Galicia, donde se han vuelto a reproducir los mismos patrones que en las fechas electorales de 2011.



 
Es entonces cuando me pregunto qué puede sucederle a mi partido para que no hayamos sido capaces de recuperar parte del crédito perdido, cuando hace ya más de un año que tenemos constancia de la desafección ciudadana hacia nuestras siglas. Pienso en nuestras ideas y nuestras propuestas. El programa electoral con el que confluimos a las elecciones generales de 2011 es uno de los más modernos y socialdemócratas de nuestra reciente historia. ¿Pero quién está ahí para escucharnos y, sobre todo, para creer que vamos a ser capaces de hacerlo?

Habíamos gobernado el comienzo de la crisis en España y errores propios muy publicitados, junto con aciertos varios poco explicados además de otros factores como el15-M, por ejemplo, generaron el caldo de cultivo necesario para obtener esos resultados. De acuerdo. Pero desde entonces, este partido ha pasado por un congreso federal y los consiguientes regionales y provinciales. Si los ciudadanos nos siguen viendo como los mismos que permitimos por omisión u obra que parte de esta crisis sea lo que es, resulta evidente que es necesario hacer algo más, mucho más de lo que hasta ahora hemos hecho.

No es tan solo una cuestión de nombres. Al menos no solamente eso. Pero sí necesitamos que la gente vuelva a acercarse a nosotros para que sean capaces de escucharnos. De momento, no están dispuestos a hacerlo y no les culpo por ello. Por lo tanto, debemos ser nosotros quienes nos pongamos a la distancia necesaria. Y solamente podemos ser capaces de hacerlo introduciendo una verdadera participación y transparencia en el funcionamiento cotidiano del partido.

En los próximos meses se celebrarán conferencias organizativas y políticas en las que se debatirán aspectos relativos al discurso y modo de funcionar del PSOE. Probablemente es uno de los últimos trenes que podemos alcanzar antes los próximos comicios generales, los cuales dudo que sean en 2015. Si no somos capaces de abrirnos y compartir nuestro mensaje, hacerlo de todos, permitir que otras personas cercanas puedan participar, difícilmente vamos a poder generar la atención necesaria para hacernos oír. Es evidente que cuanto antes se produzca la celebración de estos eventos, mucho mejor.

Pero comentaba al principio de esta entrada que no solamente me pregunto qué le ocurre al PSOE. Considero que la izquierda de este país en general debe también hacer una profunda reflexión. Comprobar que IU celebra los resultados obtenidos en Galicia por AGE cuando solamente ha conseguido la mitad de los obtenidos por un PSOE en horas bajas es una buena muestra de su ingenuidad. No puede haber un mensaje más claro sobre la incapacidad de la izquierda de pancarta y oposición eterna para ser una verdadera alternativa, no ya al poder, sino a los socialistas. Si nosotros adolecemos de falta de credibilidad en su caso es ya una imposibilidad absoluta el conseguirla.


 
Otro tanto podríamos decir de los nacionalistas de izquierdas del BNG. Un término que por cierto me parece una contradictio in terminis para cualquiera que comulgue (con perdón) con ideas como solidaridad, igualdad o internacionalismo.

La fragmentación de la izquierda una vez más beneficia a una derecha que siempre ha tenido muy claras varias directrices esenciales en esto de la democracia y ganar elecciones: el que no vota, no gana; mejor una mal gobierno de derechas que un buen gobierno de izquierdas; 1 solo día de esfuerzo permite 4 años de beneficio...y muchas otras.

En cuanto a las personas de izquierdas que prefieren quedarse en sus casas, votar nulo o en blanco, pese a que todos comprendemos el hartazgo, hastío y desesperación que pueden llevarles a tomar una decisión semejante, no puedo aceptarlo bajo un punto de vista democrático. Democracia es participación, opinar, contrastar, protestar, manifestarse, votar. Es posible que ninguna de las opciones disponibles colme sus expectativas, pero quizás también deben reflexionar sobre su nivel de exigencia política y si el candidato de sus sueños es, precisamente, eso: una ensoñación.

Me explico. Pongamos que esas personas no votan al PSOE por considerar que no tiene credibilidad alguna o que no es lo suficientemente de izquierdas. Tienen otras opciones, sea el caso de IU, BNG, AGE o cualquier otro partido con más o menos relevancia. Pero tampoco les votan de forma masiva. Independientemente de lo mucho que perjudique el sistema electoral y el reparto de escaños a esas formaciones, lo cierto es que IU, por ejemplo, recibió en las elecciones generales de 2011 1.686.040 votos. El 6, 92 % de los votos. Casi 4.500.000 votos menos que el peor resultado que hemos conseguido los socialistas en nuestra historia. Por no citar a formaciones mucho más minoritarias.

Por muy profunda que sea la desafección de una persona de izquierdas hacia el sistema, considero que por principios democráticos debe votar a una formación que aglutine el mayor número de opciones con las que se identifique. Aunque no coincida absolutamente. Aunque no le merezcan la mayor de las confianzas, aunque no tenga posibilidades reales de ganar o gobernar.  

Pero es que el voto de protesta sin destinatario o la abstención jamás conseguirá una educación pública de calidad; una sanidad universal gratuita que se denomine como tal; unas pensiones dignas. Más bien la historia reciente nos demuestra que cuanto más se producen este tipo de reacciones, la derecha arrasa. Precisamente por lo clarísimas que tienen sus votantes estas cuestiones.

En cualquier caso, todas estas reflexiones están realizadas al calor de los acontecimientos. Solamente son observaciones que me apetecía compartir. El análisis concreto y las soluciones a aplicar requieren de muchísima más templanza y profundidad. Eso sí, debe comenzar hoy mismo. O, mejor dicho, espero que comenzara ayer.

1 comentario:

  1. Pablo, no nos creen los ciudadanos. Yo tampoco les/os creo. Conferencias organizativas, conferencias políticas, cambios, no me lo creo. Sólo les/os importa seguir un día más. Hoy se dice esto para aguantar el chaparrón, pero mañana les/os dará igual. No escucháis, sólo seguir en el poder. Y así NOS va. Cuando comencéis por el partido, en serio, y con democracia de verdad no con la simulación que tenemos, quizá cambie algo. La ciudadanía no nos/os cree. Yo tampoco. Pasa el tiempo de la templanza y la profundidad, los análisis están más que hechos pero nunca os convencen, porqué no dicen lo que quieren/quieres oír. La verdad es que si algo de dignidad quedara algunos deberían retirarse. Pero no creo que quede mucha, la verdad.

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