domingo, 9 de octubre de 2011

SOBRE EL IVA TURÍSTICO

Mucho tiempo sin escribir aquí, quizás demasiado. El motivo por el que he decidido volver a hacerlo, aprovechando el marco de ultraactividad política en el que me encuentro, es la anunciada propuesta del Partido Popular de reducir el IVA que se aplica al sector turístico, denominado "IVA turístico", al 4%, es decir, el tipo súper reducido de nuestro sistema.


Es una cuestión que se ha planteado en muchas ocasiones en el Congreso de los Diputados durante esta pasada legislatura e incluso en el Parlamento europeo, y sobre la que los socialistas siempre nos hemos negado en esos ámbitos por los motivos que a continuación expondré.


Sostiene el PP que una rebaja del IVA aplicable al sector, actualmente el 8%, supondría una estímulo importante para las ventas al poder ofrecer precios más asequibles los turoperadores, hoteleros, compañías aéreas y demás. Parten de la premisa de que esta reducción se aplicaría de manera integral al importe a abonar por los clientes, o bien en gran medida.

Lo cierto es que experiencias anteriores de carácter similar, como la reducción al 50%  para los residentes baleares de los precios de billetes de transportes que conectan con la península, o bien la bonificación de las tasas aeroportuarias, demuestran que no siempre se han traducido en un correspondiente descuento del coste final, sino que incluso en determinados casos ha sido aprovechado por algunas compañías para encarecer el importe correspondiente a su margen de beneficio.

Por lo tanto, esta particularidad debe ser tenida en cuenta a la hora de abordar la cuestión.

Hay otro aspecto igualmente caduco, en mi opinión, sobre la fórmula propuesta por los populares. Y es que si algo hemos aprendido en los últimos años en España es que no podemos entablar una guerra de precios con algunos de nuestros principales competidores en la materia. Porque ello conduce a una batalla perdida de antemano. El principal reclamo de nuestra oferta turística debe ser la calidad de nuestros servicios, la belleza de nuestro entorno y nuestra diversidad cultural por un coste competitivo, por supuesto, pero no suicida.


No podemos rebajar los precios en una loca carrera con países como Croacia, Grecia, Turquía, El Líbano u otros similares, porque finalmente nos aboca a lo contrario de lo que pretendemos. La mano de obra, el precio de la vida y la realidad económica de esos países les permite ofrecer unos precios que no están al alcance de nuestras posibilidades reales, sin perjuicio de que su oferta no sea comparable, especialmente en servicios, con la nuestra. El tratar de competir en ese terreno solamente nos conduce a situaciones tan poco deseables como el "todo incluido", cuando no a ofertas prácticamente insostenibles.


Sin embargo, el principal perjuicio de la propuesta gira en torno al coste social que puede llegar a constituir en el supuesto de que se aplicara.

Actualmente la cantidad generada por el IVA del sector turístico genera unos 30.000 millones de € anuales, según datos ofrecidos en el propio Parlamento. Si se reduce del 8 al 4% el porcentaje aplicable, es decir, un 50%, una sencilla operación matemática concluye que la cantidad a ingresar decrece hasta los 15.000 millones de €. Naturalmente, los conservadores señalan que la reducción permitiría precios más asequibles que incrementarían la demanda y que la supuesta pérdida de ingresos tributarios se compensaría de esta manera. Por tanto, la disminución debería conllevar un aumento porcentual y equitativo de la demanda hasta el 50% para poder obtener el mismo volumen de ingresos.


Si ponemos como ejemplo un billete de avión de 50 €, el IVA que actualmente se le aplicaría sería el 8%, 4 €. Si le aplicamos el 4% el IVA aplicable comportaría 2 €. Por lo tanto, el precio final del billete pasa de 54 a 52 €, en el supuesto de que la compañía emisora no pretenda aumentar su margen de beneficio y aplique íntegramente el descuento. ¿Alguien cree que la demanda de billetes de esa categoría se duplicaría por una reducción de precio semejante? Honestamente y en mi opinión, pensar algo similar roza la ingenuidad.


Pero vamos a ser optimistas y conjeturemos que en un escenario en el que todas las entidades del sector aprovechan la reducción del IVA y no aumentan sus márgenes, las ventas crecen considerablemente, no hasta el extremo de duplicarse pero si hay un incremento de la demanda importante. De los 15.000 millones de € que dejaban de ingresarse por la reducción, se recuperan 7.500 millones. Aunque es más que sensible el aumento, todavía dejan de percibirse otros 7.500 millones en las arcas públicas respecto a ejercicios anteriores. Dinero que se utiliza en pagar, en una u otra instancia, prestaciones sociales, inversión pública, escuelas, hospitales.


¿Y quién es el principal perjudicado de esa disminución de los ingresos tributarios? En primera instancia el Estado, que teniendo que ofrecer los mismos servicios obtiene menos financiación y, en segunda instancia, los ciudadanos destinatarios de los mismos. Porque el argumento perverso que venimos escuchando en los últimos años de la supuesta insostenibilidad de los servicios públicos, es el de su financiación deficitaria, la cual por una cuestión matemática se convierte en realidad cuando se limitan, reducen o eliminan las principales fuentes de ingresos públicos: los impuestos.


Así, el gran empresario se erige como el gran beneficiado por la reducción: sus ingresos aumentan con la correspondiente demanda y la carga fiscal que debe soportar por ello es menor que antes. Sin embargo, los salarios que perciben sus trabajadores siguen siendo los mismos, salvo que se produzca un aumento salarial a consecuencia de las ganancias, algo que casi constituye ciencia ficción en el mundo actual. Así la conserje de un hotel o el camarero que seguirán percibiendo1.000 € mensuales, por ejemplo, el empleado de la compañía aérea o la agente de viajes, ven como a la larga la sanidad pública, las escuelas gratuitas o incluso el subsidio de desempleo del que podrían beneficiarse como destinatarios principales se ve perjudicado por una medida que agranda aún más la brecha entre unos y otros.


En consecuencia, existen motivos más que justificados para oponerse a una medida de estas características. Debemos apostar por una política en materia turística de estímulo, reconversión de lo obsoleto y oferta de calidad, pero no a través de la reducción directa del IVA, sino de planes como el vigente en el que las exenciones se permitan para paliar perjuicios sociales (insularidad) o en momentos puntuales y sectores estratégicos, siempre y cuando no constituyan perjuicios como los ya apuntados.

3 comentarios:

  1. Hola Pablo, El I.V.A no afecta en casi nada a la política de precios de los hoteles sin embargo si afecta y mucho a la recaudación del estado.
    La disminución del 8 al 4 % de entrada no incrementaría la demanda para 2012 pues los precios ya están firmados. En segundo lugar son muchos los hoteleros que no tienen ningún reparo en bajar los precios "lo que haga falta " cuando las cosas van mal y subirlos igualmente cuando van bien. Lo que hay que decirles a los hoteleros es que hay muchos paises receptivos de turismo en Europa y es el entorno en el cual estamos, en los cuales los hoteles tienen un I.V.A. muy superior al nuestro y llevan años pidiendo en la Unión Europea que aquí se nos suba.
    Necesitamos una política turística diferente a la de entrar en una guerra de precios con los países extra comunitarios, guerra que vamos a perder y además a costa de perder servicio, calidad y consecuentemente turista.
    Nuestra política turística debe basarse en la calidad , entendiendo como calidad tanto los servicios que ofrecen los hoteles, como la oferta llamada complementaria y por supuesto los servicios públicos.
    Antes de plantear nada al sector turístico tenemos que decidir cual es el modelo que queremos, que implica este modelo y cuales son las medidas que necesitamos tomar para llevarlo a cabo.
    Ahora estamos ya inmersos en una campaña electoral y no se si es el momento para empezar nuestras discusiones sobre el modelo turístico que queremos para el futuro, lo ciertoes que cuando antes lo hagamos mejor.

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  2. Hola Rafael, muchas gracias por tu comentario y por las observaciones que haces. Pienso que aunque no afecte al precio de los hoteles, sí lo hace al de muchos otros productos y servicios del sector. Naturalmente supongo que cuando formulan la propuesta lo hacen sabiendo que los precios de la próxima temporada no se verán alterados, pero sí los de las siguientes.

    Lo que comentas sobre las quejas de otros países respecto a nuestro IVA, nosotros se lo indicábamos al PP en los debates, pero ellos argumentaban que el IVA francés en el sector es inferior al nuestro. Recuerdo también que sus datos contenían cierto manipulación aunque no me acuerdo del qué exactamente.

    En cualquier caso, suscribo completamente todo lo que comentas respecto al modelo turístico que necesitamos y la absoluta irresponsabilidad que supone entrar en guerras de precios en nuestro entorno.

    Y precisamente porque estamos en campaña electoral y esa es una propuesta electoral del PP, creo que es necesario tratar esta cuestión...;-).

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  3. Creo que hay que elaborar un plan para el futuro que tenga en cuenta la importancia que tiene el turismo para las Islas . El turista viene aquí por muchas razones que van desde el paisaje al precio , pasando por el clima , servicios etc.etc. no vamos a enumerarlas ahora a todas porque siempre nos dejaríamos alguna; digo esto porque hay que tomar medidas concretas que mejoren cada una de las razones por las que se viene aquí y si es posible aumentarlas.
    Para esto hay que involucrar a todos los sectores tanto privados como públicos para que primero tomen conciencia de que o cambiamos nuestro modelo a vamos al desastre y después para que cada sector asuma su responsabilidad.
    Todo esto tiene que ser liderado por el PSIB-PSOE porque sabemos que la política de la derecha se basa en el consumo del territorio, obras faraónicas que no sirven para nada y planes que nunca se llevan a cabo.
    Si como dices debemos tratar estos temas en la campaña electoral, adelante pues.

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